Desde antes de que las luces bajaran, el ambiente ya era vibrante. Las puertas abrieron alrededor de las 19:30 h para un recinto que esperaba con entusiasmo a Turizo.
Turizo empezo a las 21.15 h, tras una breve cuenta atrás que empezó a las 21:00, hora que se suponía que empezaba, apareció en el escenario, vestido con traje brillante y a pecho descubierto, desatando de inmediato aplausos y gritos en todo el recinto.
Arrancó con temas rápidos y muy conocidos como “Mala Costumbre” y “Los Cachos”, con los que encendió la pista en segundos. El escenario había sido diseñado para transmitir la idea de su nuevo proyecto: el “Apartamento 201”, espacio simbólico de inspiración para el álbum, una escenografía muy chula, muy trabajada y que le daba su toque, combinaba elementos de casa, luces dinámicas y visuales envolventes, creando un entorno que invitaba tanto al canto como al baile.

El público respondió con una total entrega hacia su fan N1. En “La Nota”, “Déjala Que Vuelva” y “Una Vaina Loca” se levantaron miles de manos, se corearon versos y se celebró el momento. Manuel Turizo pidió participar a todo su público: “¿Dónde están las lobas de Madrid esta noche?” y, ante la respuesta, siguió con “Copa Vacía”. Hubo también un momento íntimo cuando se sentó al piano para interpretar “A Nombre Tuyo” y “Dios Te Cuide”, demostrando que el concierto no solo fue fiesta sino también confesión musical hacia su publico.
La recta final fue una explosión de ritmo constante, tras repasar sus grandes éxitos, “Una Lady Como Tú”, “Qué Pecao”, “La Bachata”, no bajó el ritmo hasta que cerro con “Vagabundo”, “El Merengue” y un recuerdo colectivo de “Enhorabuena”. Los bailarines, la producción y el cantante funcionaron perfectamente ante todas las adversidades que se ven en un espectáculo y dando una noche mágica a todos sus fans.
