Este pasado miércoles tuvimos el placer de escuchar a Riki Rivera en concierto, un cantante con unas canciones llenas de personalidad y fuerza. En el, Riki presenta su último disco ‘Las que van al paraíso‘, una historia de motivación, compañía, unión y encuentro. Un disco lleno de verdad, pasión, amor y denuncia social que cuenta una historia llena de motivación.
‘La lengua’, ‘Lo bien vivido’, ‘Me perdí en el Ikea’ o ‘Una vida entera’ son algunos de los temas que pudimos escuchar en este directo.
Concierto único
Único, eso es todo lo que pienso, porque el sentimiento que tuve al salir del Teatro de Bellas Artes fue único. Diferente a lo que me esperaba. Muchas veces un concierto, sobre todo de este género pop con toques de flamenco, puede llegar a ser repetitivo ya que no suele haber mucho espectáculo como en otros. Pero, al sentarme en la butaca, sentí todo lo contrario. Lírica, humor y canciones llenas de sentimiento e historia fue lo que me encontré. La forma de Riki de llevar su concierto era única y no os penséis que necesitó mucho. Un batería, un pianista, dos coristas junto con su guitarra era lo que acompañaban a la artista. Solo eso, fue solo que necesitó, para conseguir captar toda mi atención mientras creaba un ambiente familiar entre los asistentes.
El humor como base de la actuación
Si hay algo en donde Riki Rivera haya conseguido embelesarnos es con su humor y desparpajo gaditanos. De cada cosa que sucedía o pasaba conseguía sacarnos una sonrisa a todo el público, algo que no muchas veces se ve. Es súper interesante como consigue mezclar el humor con esas canciones llenas de sentimiento y trasfondo, de hecho yo lo encontré precioso.
Además entre canción y canción las une con un monólogo donde nos cuenta el tema a tratar en la siguiente canción y donde también interactúa con el público. Es algo que hace que no pierdas el hilo y que quieras escuchar la siguiente canción y su significado.
De un hater a una canción
Un momento inolvidable fue cuando Riki cuenta la historia de que una vez fueron a verlo muy pocas personas. Un hater en redes sociales, intentó burlarse del artista diciendo «que solo van 4 gatos» a lo que él contestó con una canción de amor y cariño para esos cuatro gatos. Para mi, algo totalmente admirable y que deja bien clara su calidad como artista. La forma de contarlo, donde no faltaba el humor y el cariño que quiso transmitir fue un momento bastante memorable dentro del concierto. Es súper curioso, como de algo por lo que artistas muchas veces caen en depresión o tristeza, él consiguió sacar algo bueno de ello.
Un concierto con poesía
«Me siento agradecido de ser músico y poeta» decía Riki en el medio del concierto. Mezclar la poesía con las canciones hace que muchas veces tuvieran más peso y que lanzase un mensaje potente.
Hay que destacar las canciones de denuncia social, donde se habla de temas como lo rápido que va el mundo o el mundo materialista en el que vivimos. En ellas Riki, hace hincapié en los placeres más pequeños de la vida y donde más nos sentimos llenos. Además nos recuerda la importancia que debemos darle nuestro interior, y sacarle fuerza exterior. Unas canciones llenas de mensajes que nos hacen recapacitar y alejarnos de lo que está pasando fuera.
Las coristas cobran fuerza
Algo a destacar es la calidad vocal de Miriam Ballesteros y Brenda García. Estas dos coristas de Riki cobran fuerza en ‘Hasta que Amanezca’, quienes hacen la voz de la famosa presentadora de televisión, Lara Álvarez, quien canta en la versión original. Una salsa que le da un toque diferente al concierto. Fue pena que estuviésemos sentados porque daban ganas de levantarse a bailar.
Además en el resto de la actuación ellas le daban mucha más fuerza a cada tema y eran tan importantes como el propio Riki en muchos de los temas. Personalmente me gustó mucho poder disfrutar de ambas.
Un concierto donde cada instrumento brillaba
Si hay algo a destacar es que cada momento el teclado y la guitarra tenían su momento. Por un lado el teclado, que hubo un momento en el que Riki se quedó solo para tocarlo, cobraba gran importancia y nos trasladaba a otro ambiente totalmente diferente. Jesús Lavilla, quien era el pianista del concierto, acompañó todo el directo con su indiscutible talento con el teclado y que remató la actuación con un potente solo.
Por otro lado la guitarra española, como clara protagonista, aportaba esos acordes más flamencos que todos conocemos. Un instrumento del que también pudimos disfrutar en la presentación de ‘Las que van al paraíso’ en acústico.
Por último, y no menos importante, destacar a Fran Urtado en la batería quien era el encargado de la percusión en todo el concierto.